jueves, 26 de julio de 2007

Hacia una educación mediática y de la información


1. Nombre completo:

Luz Eugenia Aguilar González.

Armando Martín Ibarra López.


2. Institución: Universidad de Guadalajara.
3. Nombramiento: Profesores investigadores
4. Grado académico: Doctorado (ambos).
5. Dirección: Paseo Poniente Número 2093. Jardines del Country. CP 44210. Guadalajara, Jal. México.


6. Teléfono de contacto: (0133) 36 47 29 69
7. Correo electrónico: luzeugenia_aguilar@yahoo.com.mx
8. Título del trabajo: Hacia una educación mediática y de la información


Resumen:
El artículo cuestiona a la sociedad del conocimiento y de la información como marcos de referencia para la explicación de diferentes fenómenos sociales. Por ello se propone pensar los problemas desde una sociedad de la ignorancia, desigual e injusta. A partir de esta perspectiva, las premisas desarrollistas de décadas pasadas no son suficientes para construir propuestas alternativas para el desarrollo social y sustentable. De esta forma, se proponen algunas reflexiones que incluyen la convergencia entre la comunicación y la educación con el fin de construir un modelo educativo que propicie el desarrollo de la competencia mediática y de la información como una herramienta que emplee el sujeto para construir sociedades más democráticas y justas.


The article questions society about knowledge and information as a frame of reference for explaining different social phenomenon. For that it proposes to think about those problems from a society that is ignorant, unequal and unjust. Apart from this perspective, the premises of developmentalists of past decades are not sufficient to construct alternative proposals for sustainable social development. To this end it proposes some reflections that include the convergence between communication and education toward the purpose of constructing an educative model that favors development of the competent use of media and of information as a tool that the subject employs to construct more democratic and just societies.

10. Grupo de investigación al que se inscribe:
Instituciones educativas y horizontes culturales
11. Grupo(s) de investigación de su interés Comunicación y educación y Recepción

Hacia una educación mediática y de la información


Introducción
Hablar del lugar que ocupa la comunicación como disciplina en los procesos de desarrollo social contemporáneos, es comprenderla dentro de una sociedad donde la información y el conocimiento se convierten en la esencia de las relaciones entre individuos, grupos, organizaciones y países. Deberemos entenderla también en su vinculación con la educación, como una forma de respuesta ante el dinamismo global y en la tentativa de formar seres humanos con nuevos perfiles capaces de superar las actitudes pasivas en las que estábamos implicados.
El integrar al debate las viejas discusiones de la comunicación educativa y la educomunicación de los setentas y ochentas se hace imprescindible debido a que pensar la educación como uno de los factores fundamentales del desarrollo, pierde sentido al considerar el atraso de la escuela en relación con los procesos comunicativos y la aparente desvinculación entre la comunicación, el desarrollo y la educación.
En este artículo presentamos las primeras intuiciones sobre esta nueva problemática las cuales nos llevan a pensar en sujetos que hacen frente a esta cultura que cada vez más se centra en procesos aprendidos en la vida cotidiana y no en los sistemas formales de educación.


1. Entendiendo la problemática: entre la sociedad del conocimiento y la sociedad de la ignorancia
Una característica fundamental de la sociedad contemporánea es el progreso científico y tecnológico de los últimos 70 años, el cual ha producido un efecto significativo en las formas de interacción y de comunicación entre los seres humanos. A estos cambios se les ha denominado la revolución de la información y de la comunicación (Banco Mundial, 2003; UNESCO, 2005).


El acelerado progreso de la electrónica, las comunicaciones y las tecnologías satelitales fortalecen la capacidad de transmisión de datos a muy bajo costo, ha producido la neutralización casi total de la distancia física como barrera para la comunicación y como factor de competitividad económica. En términos generales, la convergencia de factores como el aumento de la potencia computacional y la reducción de los costos de las comunicaciones reduce las barreras logísticas para el intercambio de información y la comunicación entre personas, instituciones y países, siempre que se tenga acceso a la internet y existan políticas que propicien el acceso a las telecomunicaciones a costos moderados (UNESCO, 2005).
Mucho se ha dicho acerca del paso de economías industriales hacia economías y sociedades basadas en el conocimiento. Se habla de una lenta pero progresiva transformación a una sociedad inspirada en el saber; se dice también que se han hecho inversiones elevadas en el sector educativo, formación, investigación y desarrollo; programas informáticos y sistemas de información sobre todo en los países del primer mundo (Abramovitz y David, 1996). A pesar de todo, también es conocido que en los países menos favorecidos, las condiciones de pobreza, economías de bajo impacto, así como el analfabetismo formal se encuentra el ciudadano, el mediático y el informático, que conforma las grandes capas de la población y que forma parte de la naturaleza de esta sociedad contemporánea. Pero, cuál es su participación y cómo se integra a estas nuevas sociedades.


En México más del cincuenta por ciento de los habitantes son pobres. La décima parte más rica de la población gana más del 40 por ciento de los ingresos totales, mientras que la décima parte más pobre sólo obtiene 1.1 por ciento (Vega, 2005). Estas circunstancias complican la incorporación de todos los mexicanos a la sociedad del conocimiento donde el saber se convierte en la mercancía más preciada. El México pobre, no puede ni podrá en los próximos años, integrarse al mundo de la informática, de la información ni del conocimiento electrónico. Para ilustrar: la cantidad de host es de 1,333,406[1]; el número de cuentas de acceso a internet suma sólo 3.6 millones, de un total de 103 millones 263 mil 388 personas[2]; 1.7 millones de usuarios cuentan con acceso de alta velocidad o banda ancha y 1.8 millones conexiones por Dial Up (línea telefónica) [3]. Así, la sociedad del conocimiento, situación tan aspirada, tendrá que replantearse también como la posibilidad de una sociedad de la ignorancia.
Debemos aceptar que el conocimiento es un poderoso vector de la lucha contra la pobreza, pero esa lucha no puede reducirse al suministro de infraestructuras, a la ejecución de proyectos con alta dependencia de financiamientos o a la promoción de mecanismos institucionales cuya utilidad para muchos países es cuestionable (Banco Mundial, 2003) sino debería ubicarnos para pensar en “estrategias de comunicación que promuevan la participación de las diversas comunidades en sus propios procesos de desarrollo social que transformen a los receptores pasivos en comunicadores activos” (Zacarías, 2006).


Un nuevo tipo de institución participa fundamentalmente en este fenómeno, en algunos casos haciendo a un lado las estructuras educativas, de la comunidad científica, del gobierno o de organizaciones. Se trata de comunidades del conocimiento: redes de individuos cuyo objetivo es la producción, intercambio, uso y circulación de saberes nuevos que ponen en relación a personas y organismos pertenecientes a identidades diferentes incluso rivales, tales como las empresas, las universidades, los grupos políticos y los gobiernos.
No es pues, la educación como disciplina o como proceso social de socialización o culturización de los pueblos, la que podría hacer frente a dicha problemática, sino que a partir de su concepción, prácticas y resultados sociales que ha tenido históricamente, podría ser vinculada a los procesos comunicativos y premisas conceptuales de la comunicación, para hacer frente al desarrollo social de los países y al crecimiento de sus pobladores.


2. Educación y comunicación: sus prácticas hechas premisas
Cada época se caracteriza por planteamientos que sintetizan su pensamiento social, económico y cultural. En estos tiempos, las premisas del pensamiento social predominantes son formuladas y practicadas unidireccionalmente a pesar de la complejidad de los problemas. Bajo estas premisas se construyen modelos sociales que si bien pueden funcionar en alguna región o país, pueden no hacerlo en otra, porque no surgen de las propias dinámicas y formas de pensar de grupos específicos. La paradoja crece cuando tratamos de recuperar al individuo y a lo local, dentro de marcos sociales amplios y globales. Los siguientes puntos ilustran lo dicho.


a) Educación como proceso comunicativo
La educación y la comunicación son dos procesos convergentes que intervienen en la construcción del conocimiento de los sujetos. Ambos campos deben incrustarse en un marco social que abarque toda su complejidad: desde un macrodiscurso en donde estarían las tecnologías y los discursos sociales, hasta un microdiscurso en donde se ubicarían los discursos individuales y las prácticas cotidianas.
Ni la comunicación, ni la educación son más importantes una que la otra, ni tampoco son disciplinas incluyentes o excluyentes, son procesos que se cruzan en un momento determinado: “…tanto la Educación como la Comunicación fueron instituidas por la racionalidad moderna, enmarcadas en un contexto del imaginario social como espacios aparentemente neutros y organizados para reproducir saberes oficialmente reconocidos y presentados como verdaderos (Oliveira Soares, 1999, p. 43).


Así se enlazan discursos sociales, culturales, económicos en sociedades tecnologizadas y clasistas, con reproducciones y apropiaciones de saberes a través de diferentes mediaciones. La comunicación facilita el proceso educativo, pero la educación también puede rescatar algunas manifestaciones para facilitar el proceso comunicativo.
Para que el proceso educativo se produzca es necesario abrir un canal de comunicación que permita el diálogo y la construcción de conocimientos. Sin embargo, esta premisa no es del todo cierta si se considera que la educación sigue siendo directiva, memorística y ¡aburrida!


b) Educación para el desarrollo
La educación es un derecho humano fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Desde finales de la década de los 50 del siglo pasado se dice que la educación favorece el desarrollo social y económico de un pueblo. Al potenciarse las capacidades personales se potencian los procesos sociales en los cuales participan los sujetos. Esto puede ser válido para un periodo de tiempo y una sociedad determinada; el desarrollo en el que se pensaba en esa época era el económico, y ahora estamos hablando también de desarrollo humano, ecologista y sostenible. Dicho desplazamiento hace pensar en la educación como parte fundamental del desarrollo, pero desde una panorámica más amplia, ya abordada por Morin (1999) en sus siete saberes[4]. “Una comunicación para el desarrollo debe estar íntimamente ligada con la creación de valores, la sensibilización y la educación. Se pretende trasmitir un uso pedagógico y democrático de los medios para que estos sirvan de foro de debate y voz para los más desfavorecidos y marginados” (Moreno Domínguez). Una educación centrada en las competencias de los individuos, para defenderse y participar en un entorno cambiante, flexible, multicultural, incierto y competitivo.


c) La comunicación irrumpe como pilar fundamental del desarrollo
La comunicación ha tomado un papel fundamental en las sociedades modernas. Por su propia naturaleza se ha vinculado como un proceso indispensable para la modernización, el progreso tecnológico y el crecimiento económico (Beltrán, cit. por Contreras Baspineiro, 2000) a partir de que es necesaria para la difusión de la tecnología y para la circulación y uso de la información, así como para el logro de metas institucionales y expandir y democratizar su uso. Los medios de comunicación se han convertido en actores políticos y sociales al cubrir algunas de las actividades de otras instituciones, por ejemplo: los niños aprenden formas de comportamiento, contenidos, paisajes, formas de vida a través de los medios, convirtiéndose estos en educadores y socializadores. También construyen agenda y ayudan u obstaculizan la solución de problemas; contribuyen al oponerse o al apoyar al gobierno o a algún sector de la sociedad. (Orozco, 1996: Ibarra y Robles 2005: Aguilar, 2004)


3. Binomios la necesidad del equilibrio: Las nuevas premisas de Comunicación y Educación para el desarrollo
Bajo este panorama ¿cómo abordar el problema de la educación, la comunicación y el desarrollo sin caer en posturas reduccionistas? ¿Cómo podemos pensar la educación para que contribuya, desde las particularidades de los sujetos y la sociedad global, al desarrollo?
La construcción de binomios nos ha ayudado a encontrar equilibrios para plantear nuevas premisas que colaboren a construir acercamientos a las interpretaciones de la realidad social y, a su vez, nuevas formas de resolver los problemas a los que nos enfrentamos.


a) Binomio comunicación y educación
Bajo la advertencia de que al hablar de comunicación estamos ante un campo sumamente amplio, en este trabajo sólo nos centraremos en los medios de comunicación. Queremos centrar nuestra atención en el uso pedagógico y democrático de los medios. Esta propuesta no es nueva, pero se pueden mencionar la defensa y transformación de los sistemas públicos de información; la colaboración entre los medios y los profesionales de la educación; la formación de docentes en la educación para los medios y los observatorios de medios.
Son pocas las ocasiones en las cuales dentro de la escuela se considera a los medios como posibles fuentes de información, a excepción de los noticieros o documentales. Sin embargo se ha demostrado que los niños y jóvenes aprenden más, y de forma significativa, de los medios. Entonces aprendemos de los mensajes mediáticos, pero ¿qué aprendemos y bajo qué tipo de esquemas, roles e identidades?
Lo anterior nos orienta hacia la apropiación y uso de los medios, de la tecnología y de la red. Para lograrlo hay que retomar un concepto de moda: las competencias. Específicamente estamos hablando aquí de la competencia mediática, la cual debe asumirse no solo como la capacidad de usar un aparato, sino como la capacidad de aprender y desaprender el uso y producción de los medios y canales basados en la tecnología.
Los niños en sus hogares o en las escuelas tienen sistemas simples o complejos de comunicación e información, que van desde radios y televisiones, hasta los que cuentan con ecosistemas tecnológicos comunicacionales domésticos (Zermeño, 2000). En un mundo altamente tecno-comunicado, la competencia mediática debe reforzar y desarrollar la capacidad de participar como actor protagónico a través de los medios relacionales, ya en los encuentros directos cara-cara, o virtuales como los chat, el correo electrónico y las videoreuniones.
El poco o nulo desarrollo de este tipo de competencias pone en desventaja a los miembros de una comunidad, ya que el acceso a la información, su uso, su consumo y su utilización marcará diferencias importantes entre los que tienen este capital y quienes no. Dicha distinción consolida la división social y lo que ello implica para reforzar procesos participativos y democráticos por parte de los ciudadanos de un país.
Las propuestas curriculares que incluyen el desarrollo de competencias de todo tipo, apuntan hacia la transversalidad de los contenidos, es decir, desarrollar distintos conocimientos, habilidades y actitudes a lo largo de todo el proceso educativo, sin miramientos hacia la particularización o especialización en una disciplina. La transversalidad es el modelo educativo ideal para desarrollar competencias mediáticas, ya que la consideramos como una herramienta de trabajo.


a) Binomio educación y desarrollo
La educación formal o informal será la encargada de desarrollar diferentes capacidades de los sujetos, basadas en la formación permanente, en la capacitación y en la incertidumbre. Si la educación es fundamental para el desarrollo de un país, entonces la educación deberá servir para el desarrollo humano, global y sostenible (Palos Rodríguez, 1998). En general, esta propuesta exige el respeto de los sistema de conocimiento y culturales de las comunidades particulares y exige la participación de los ciudadanos organizados en alguna agrupación. La educación formal deberá fortalecer el nivel de educación básica y su calidad. Por otra parte, las empresas se verán obligadas a ofrecer capacitación constante. Otras organizaciones podrían también participar en los procesos educativos, tales como las iglesias, ONGs, Asociaciones de padres de familia; en general los organismos de la sociedad civil (OSC).
El proceso de apropiación de cultura es también relevante. Al trascender la conceptualización de la comunicación como un instrumento de la educación, los saberes y la cultura circulante deben ser materia de apropiación por parte de los sujetos. Los sujetos deberán contar con las competencias necesarias para adquirir, procesar y producir información y mensajes y para educar desde la diferencia. Esta competencia repercutirá en su actuación social y en el desarrollo sostenible de un país o región.


b) Binomio comunicación y desarrollo
El sujeto, al participar activamente en la construcción de la realidad, ocupa diferentes espacios sociales que perfilan sus formas de participación. Se propicia la construcción de nuevas identidades que van de lo local a lo global produciendo redes comunitarias. Este vínculo entre lo local y lo global, y lo individual y lo social deben centrarse en lo comunitario, en la participación del sujeto en la construcción de estos nuevos espacios.
De ahí las políticas públicas podrían enfatizar la democracia, anteponiéndose a lo económico y recuperando al ciudadano.
Finalmente podemos ver cómo nos hemos encaminado hacia la ciudadanía en dos dimensiones: su derecho a la información y su derecho a la participación en los espacios educativos, informativos y en medios de comunicación. Es difícil propiciar la participación social, pero si se realiza desde los intereses de los sujetos, de forma responsable pero lúdica, atractiva y no amarillista, pueden cambiar las formas de participación con rumbo hacia el desarrollo.


4. Los nuevos sujetos: la sociedad del conocimiento
La sociedad postmoderna se caracteriza por ser una sociedad de la información en donde el poder ya no es sólo de los dueños de los medios de producción, sino que se ha difuminado en las redes globales (Castells, 1998). El poder es de quien ostenta los códigos de información manifiestos por medio de diferentes prácticas culturales. Para acceder a espacios de poder, se tiene que adquirir no sólo capital cultural sino también capital simbólico
La escuela actual, como socializadora tiene un papel fundamental en la adquisición de dicho capital cultural y simbólico, por lo que deberíamos preguntarnos qué tanto la escuela colabora en la conformación de proyectos de identidad, mismos que posibilitan el cambio en la producción de códigos culturales, para movilizar símbolos encaminados hacia la construcción de una nueva sociedad.


Para Martín Barbero (2003) la nueva forma en que circula el conocimiento ha afectado principalmente a dos instituciones sociales: la familia y la escuela. En la escuela encontramos tres mutaciones principales: a) la circulación del saber ya no es exclusiva de la palabra impresa, lo que exige el replanteamiento de las formas en que se están planteando los modelos educativos; b) el descentramiento a partir de que el libro ha dejado de ser fuente de conocimiento para pasar a ser uno más de los medios de información. Ahora tenemos a la televisión e internet, por citar algunos casos. c) La destemporalización y deslocalización del saber son procesos que ejemplifican fácilmente cuando hablamos de educación a distancia: la cantidad de conocimientos, el lugar y el tiempo que se le dedique a los procesos educativos, ya no necesariamente se ubica en un espacio y tiempo determinado, sino que se ha convertido en un proceso flexible y abierto.


1.Así, la escuela está desfasada de su lugar y objetivo histórico debido que debería ser la encargada de desarrollar competencias en los sujetos –entre otras cosas-, mismas que le servirán para enfrentarse a la resolución de problemas cotidianos y profesionales y sobrevivir en el mundo posmoderno. Sin embargo, sigue siendo una institución socializante que puja por ponerse a la altura de los requerimientos sociales para ocupar un lugar en la transformación social. De ello que cada vez más sistemática y periódicamente se realicen reformas educativas que ayuden a cumplir su función social.


El modelo educativo que se requiere ante esta realidad empuja hacia dos aspectos: formar personas competentes en el uso de los nuevos lenguajes y ser más críticos y creativos en la producción de mensajes y en la resolución de problemas. Este desarrollo integral del sujeto contribuye al desarrollo de valores, actitudes y formaciones sociales como la democracia, la actuación social y la ciudadanización.


Así se enmarcan los procesos comunicativos en los educativos, por lo cual se requiere una propuesta que replantee un modelo de enseñanza que desarrolle equilibradamente:
a) Los procedimientos y habilidades de análisis e interpretación de los mensajes e informaciones de los medios.
b) Los procedimientos y habilidades para expresar y comunicar ideas y valores a través de las formas simbólicas y tecnologías de los distintos medios.
c) La enseñanza de los lenguajes de los medios de comunicación y de la información.
d) La enseñanza para la utilización de algunas de las tecnologías mediáticas.


5. La educación para los medios y el desarrollo de la competencia mediática e informática
Las reformas educativas a la educación en México (1993, primaria: 2003, preescolar; 2006 en secundaria y en diferentes años en educación superior) ya incluyen los contenidos y competencias que deberá tener el ciudadano del siglo XXI. Sin embargo, las competencias se presentan como contenidos curriculares y no como un know how de los saberes. Las competencias comunicativas como tales servirían para incrementar las habilidades de los sujetos en el manejo y uso de la información, es decir, la competencia mediática e informática.
La competencia mediática puede ser definida como una capacidad semiótica general para integrar, comprender y producir mensajes. Se refiere a la capacidad de apropiarse, producir y usar para sí –desarrollo autogestivo y de autoaprendizaje-, los equipos y aparatos electrónicos, la organización escolar y curricular, los medios y canales de información y comunicación.
Considerando los vertiginosos avances tecnológicos, la competencia mediática e informática debe asumirse no solo como la capacidad de usar un aparato, sino como la capacidad de aprender y desaprender el uso y producción de los medios y canales basados en las tecnologías de comunicación, información y electrónica.
La competencia mediática e informática se incluye en los procesos de alfabetización. Esta postura permite preguntarnos qué efectos se provocan en el individuo al decodificar un mensaje manifiesto a través de un lenguaje determinado y qué consecuencias trae todo ello en el proceso de enseñanza aprendizaje y en la búsqueda y el procesamiento de la información (cf. Krees, 1999).
El desarrollo de esta competencia desde la transversalidad curricular contribuye no sólo en aspectos cognitivos sino también en la formación de valores y en la ciudadanización. Asimismo favorece la formación del alumnado para que sea capaz de seleccionar mensajes y productos que le son presentados por los medios; a ser reflexivos y críticos con la información y valores emitidos por los mismos; a conocer los mecanismos de producción técnica, las formas de representar la información y los efectos sobre las audiencias que son empleados por los medios de comunicación y de información.


En este nuevo modelo, en donde la comunicación y sus necesarias competencias pasan a ser un eje primordial para la educación y el desarrollo de los sujetos y de un pueblo, nos obliga a pensar en las áreas de conocimiento que deberían ser exploradas con mayor detenimiento, por ejemplo:
· Se desconocen las condiciones reales de consumo y utilización de medios de comunicación y de la información por parte de los alumnos y de los maestros, por lo cual se tendría que partir de un diagnóstico para detectar condiciones y necesidades para de ahí diseñar estrategias de intervención dentro de los procesos educativos.
· La función socializadora de la escuela tendría que ayudar a la construcción de la identidad personal y la adquisición de conocimientos compartidos en los sujetos para así poner de relieve los conocimientos que se adquieren por estos medios.
· El desarrollo de la competencia mediática e informática implica una metodología participativa en el aula, con ventajas para el alumno como: desarrollo de la personalidad, del espíritu crítico y de la formación de valores; actuación del sujeto sobre el entorno social; creación de hábitos de lectura (alfabetización y alfabetización audiovisual); fomento de la autoestima y autorespeto; fomento de la cultura comunicativa; distanciamiento y análisis de los medios de comunicación y de la información y valoración de la función de los medios de comunicación.
En suma, proponemos que gran parte del desarrollo de un país sí puede ubicarse dentro de la institución escolar, siempre y cuando la comunicación se convierta en un eje de articulación del proceso educativo.


6. Conclusiones
Bajo este análisis se puede apreciar que los binomios se tocan en aspectos fundamentales como son:
La educación atraviesa diferentes espacios sociales y niveles, por lo cual se convierte en atemporal y aespacial; flexible y multicultural; individual y colectiva. Su relación con la comunicación se centra en las nuevas formas de adquirir, producir y circular los conocimientos.
Los medios de comunicación y de información forman parte sustancial de las sociedades de la información y del conocimiento, las formas que tome moldeará las formas de desarrollo de un pueblo.
El desarrollo deberá entenderse como humano, ecológico y sostenible, en el cual el individuo sea parte de la colectividad; que actúe desde lo local hacia lo global; con responsabilidad ética. Se propician nuevos valores y participación ciudadana, democrática y ética.
El papel del receptor debe cambiar, como ha venido cambiando su participación en los procesos de socialización mediática e informática. Estamos ante receptores con nuevas competencias humanasSerá la comunicación junto con la educación la herramienta más adecuada para poner las bases de los nuevos perfiles de los agentes y de la convivencia humana en una sociedad cada vez más informatizada y tecnologizada.
Las propuestas de solución de problemas educativos se deben formular desde un enfoque estratégico que considere la temporalidad como el medio para lograr los verdaderos cambios. El cambio en la educación siempre debe pensarse en el largo aliento. Lo que sembremos ahora lo cosecharemos dentro de algunos años, no mañana.


Referencias bibliográficas
AGUILAR González, L. E. (2004). Pedagogía crítica de las competencias comunicativas: una propuesta para la enseñanza de la lengua materna. Tesis de doctorado. Universidad de Guadalajara.
ABRAMOVITZ, M. y David, P. A. (1996). Technological change and the rise of intangible investments: The US Economy s growth-path in the twentieth century, en D. Foray y B. A. Lundvall (eds.) Employment and growth in the Knowedge-based Economy, documentos de la OCDE, París: OCDE.
Banco Mundial (2003). Construir sociedades del conocimiento. Nuevos desafíos para la educación terciaria, Impresión Quevecor World, Bogotá, S. A.
Castells, M.; Flecha, R. y Freire, P. (1994). Nuevas perspectivas críticas en educación. España: Paidós-Educador.
Castells, M. (1998). El cambio social en la sociedad red. En: La era de la información. Economía sociedad y cultura. El poder de la identidad, Vol. II. México: Siglo XXI.
FAO-UNESCO (2004). Educación para la población rural en siete países de América Latina, ediciones UNESCO.
IBARRA LÓPEZ, A. y Robles Irazoqui, Y. (2003, enero-junio). Dragon Ball Z y Los Simpson: Propuestas axiologicas en la televisión para la conformación de la vida política de la comunidad infantil. En Comunicación y sociedad, No. 3 Guadalajara, México.
KEINER, D. (2005). Educación humana en la era de la globalización. Notas provisionales. En Dieter Keiner, Lo Humano en riesgo. La educación frente a la globalización. Universidad Iberoamericana, León, México: ITESO, Goethe-Institut.
Krees, G. (1999, primavera). Educating for an unknow future. Telemedium, Vol. 45 (1).
Martín-Barbero, J. (2003, mayo-agosto). Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades. En Revista Iberoamericana de educación No. 32. Extraído el 02 de febrero de 2006 de la World Wide Web: http://www.rieoei.org/rie32.htm
Moreno Domínguez, J. M. (S/F). Comunicación, interculturalidad y desarrollo. Apuntes para una nueva estrategia de actuación desde lo local. Extraído el 10 de noviembre de 2006 de la World Wide Web: http://www.comminit.com/la/teoriasdecambio/lacth/lasld-232.html
MORIN, E. (1999). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Paris: UNESCO.
Oliveira Soares, I. de (1999). Comunicação/Educação: a emergência de um novo campo e o perfil de seus profissionais” (19-74), Contato (2). Brasilia.
OROZCO GÓMEZ, G. (1996). Televisión y educación: Lo enseñado, lo aprendido y lo otro, en Orozco Gómez, G. Miradas latinoamericanas a la televisión, México: Universidad Iberoamericana.
Palos Rodríguez, J. (1998). Educación y desarrollo sostenible. Extraído el 10 de noviembre de 2006 de la World Wide Web: http://www.campus-oei.org/valores/palos2.htm
Pérez Rodríguez, Ma. A. (2004). Los nuevos lenguajes de la comunicación. Enseñar y aprender con los medios. Barcelona: Paidós/Papeles de comunicación no. 42
Proyecto Tuning. (2004). Educational Structures in Europe.
UNESCO (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. Informe mundial de la UNESCO. Ediciones UNESCO.
VEGA Martínez, L. (2005). Pobreza, desigualdad y convergencia, ponencia presentada en el Encuentro Internacional, organizado por el grupo eumed.net, marzo 2005, UNAM.
ZACARIAS, A. (2006). Tríptico del X Seminario Internacional de Comunicación y Sociedad. Feria Internacional del Libro, Guadalajara, 2006.
Zermeño, A. (2000). Fragmentos de cotidianidad televisiva y otras tecnologías. México: Universidad de Colima, Universidad de Guadalajara y Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Notas
[1] Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Estudio 170. Uso actual y potencial de las tecnologías de la información y de las comunicaciones en el sector empresarial de los países pertenecientes a la ALAID. 31 de mayo de 2005. En línea: http://www.economia.gob.mx/pics/p/p2758/EsttecinfcomALADI.pdf
[2] La Jornada, 25 de mayo de 2006
[3] Asociación Mexicana de Internet, del 16 de abril de 2006. en línea: http://alt1040.com/archivo/2006/04/19/nuevos-numeros-en-acceso-a-internet-en-mexico/
[4] Las cegueras del conocimiento, Los principios de un conocimiento pertinente, Enseñar la condición humana, Enseñar la identidad terrenal, Enfrentar las incertidumbres, Enseñar la comprensión y La ética del género humano (ver Morin, 1999).

No hay comentarios: